Los Conciertos Dominicales son ofrecidos gratuitamente a la comunidad painina cada mes y tienen dos objetivos principales: ofrecer a los jóvenes músicos un escenario para así reforzar su aprendizaje y brindarles desafíos interesantes y formar una tradición en Paine donde el vecino común y corriente sepa que puede acudir a un concierto gratuito de buena calidad a lo menos una vez al mes.
El domingo pasado, el primero del mes, se realizó el segundo Concierto Dominical organizado por nuestra Corporación Cultural, dedicado esta vez a los instrumentos de bronce.
Vamos muy bien. Poco a poco se van cumpliendo los planes y sueños.
Es el momento para reconocer el valioso aporte de la Corporación Municipal de Cultural, que pone el teatro de Paine a disposición nuestra y de quienes asisten como público a los conciertos. Poder usar el estupendo teatro de Paine no sólo significa contar con un lugar confortable, sino mucho más. Saber que existe el apoyo de un técnico de primer nivel a cargo del sonido, la iluminación y la decoración del escenario, que los micrófonos no se acoplarán, que no se apagará inesperadamente un foco y que el sonido de un instrumento llegará a todo del público es un valiosísimo apoyo que infunde confianza y permite al artista centrarse en su trabajo. Al subir al escenario o sentarse en una de las butacas para el público hay una clara señal de que tenemos lo necesario para salir de la llamada precariedad de la provincia. En Paine, por lo menos, en ese aspecto ya tenemos lo necesario. Lo que viene a continuación también es importante: quienes ocupen el escenario deben tener un nivel de calidad acorde con el entorno. Ya no basta con subir al escenario a cualquier artista «que se mueva y haga ruido». El teatro de Paine nos impone varias obligaciones a quienes tenemos alguna participación en el arte. Para comenzar, no estará mal preguntarnos si lo que ofrecemos es lo que la comunidad espera y si contribuye a una mejor vida y la entrega de arte y belleza; luego, si hemos alcanzado una calidad que merezca el público y la sala que tenemos a nuestra disposición. No parece una tarea sencilla, pero pienso que es el momento de planteárselo.
Esta reflexión surge luego del concierto del domingo pasado, que se caracterizó a nuestro parecer por lo que sigue:
Primero, por un grupo de estudiantes de nuestra Escuela con una presentación muy superior a lo esperado si se considera el poco tiempo de estudio que llevan, como si el escenario les hubiera hecho brotar algo que no es posible apreciar los días de clases y ensayos. Sin querer simplificar su participación, decir que «hicieron su trabajo» habla de una actitud que no es fácil encontrar en jóvenes y en principiantes, que no sólo significa esfuerzo en el trabajo, sino un muestra de que tienen respeto por lo que hacen. Esto no puede traducirse en menos que admiración de nuestra parte. Para que esto ocurriera, no solo los estudiantes han puesto de su parte; como lo he dicho antes, hemos contado con la suerte de tener profesores con una genuina vocación musical y un acabado estudio musical, en este caso del músico Pablo James, formado en la Universidad de Chile y proveniente del extremo sur, de Chiloé.
Lo que fue un acierto, de un modo que francamente no imaginamos, fue la invitación para que el saxofonista Hermes Pezo se subiera al escenario y mostrara lo mejor del jazz con todo su dominio musical. A Hermes Pezo lo vemos cada día tocando a la entrada de un supermercado y esta fue una oportunidad para ofrecerle un escenario que resalte su espléndida interpretación. A Paine le hace bien reconocer que entre sus vecinos cuenta con artistas de tan buen nivel, a tal punto que nos quedamos pensando en que debiera crearse la oportunidad para que pueda ofrecernos un concierto de mayor duración donde él sea el protagonista. Así lo demostró el público con sus aplausos y entusiasmo. Quizás este haya sido el inicio de uno de los sueños que Hermes nos ha contado, el de formar una escuela de jazz y que en Paine se toque jazz en todas partes. Maestro ya tenemos.
Si antes hablé de calidad, Tribrass, el trío invitado para cerrar el concierto del domingo, se transformó en un punto de referencia. Un repertorio de obras contemporáneas muy bien escogido, una interpretación pura, sin virtuosismos fuera de lugar y una «puesta en escena» pulcra y profesional permiten afirmar simplemente que en Paine rara vez se ha asistido a una presentación de esa categoría.
Una vez terminado el concierto, que en total duró una hora quince minutos, nos reunimos para evaluar los resultados. Pudimos identificar varias mejoras de coordinación y uso del tiempo y el espacio, coincidimos en que tenemos que buscar una mejor forma de promoción para que llegue más público (que en esta ocasión completó el primer piso del teatro, con varios asistentes que no lo conocían), de modo que nos quedó tarea para las próximas citas. Sin embargo, lo que nos pareció más alentador fue ver que todos se fueron contentos, que habían pasado un buen momento. Eso nos alegra, porque, después de todo, el arte es eso y solo eso, disfrutar momentos únicos que es difícil vivir en otra circunstancias.
Reciban un cordial saludo.
Rodolfo Silva
Presidente
Corporación Cultural Nuevo Horizonte