A propósito de los festejos de conmemoración del Natalicio de Bernardo O´Higgins (20 Agosto de 1778), en su honor compartimos con ustedes un desconocido episodio de su vida familiar, contribución que nos hiciera llegar don Marcelo Elissalde, Consejero Nacional Instituto OHigginiano de Chile.
En 1994 el gobierno del Presidente Eduardo Frei Ruiz Tagle, recibe una llamada del Cardenal de Chile don Carlos Oviedo Cavada, solicitando que ante la avanzada edad de los Cardenales Silva Henríquez y Fresno Larraín, y ante la pronta partida de ambos, se requería espacio físico para sepultarlos dentro de la Catedral de Santiago, como corresponde por su dignidad y tradición. Solicitaba, por lo tanto, el retiro de los cuerpos de doña Isabel Riquelme y de su hija Rosa Rodríguez Riquelme (conocida erróneamente como Rosa O´Higgins por ser media hermana del prócer). Ambas fallecidas en Lima (doña Isabel en 1839 , antes que su hijo en 1842 y doña Rosa en 1850), repatriadas a Chile y sepultadas, provisoriamente según se dijo en la oportunidad, en la Catedral en 1947.
Se trataba de un virtual “desalojo“. Afortunadamente, recibió la petición en la Moneda don Rodrigo Moraga Guerrero, comisionado por el Presidente Frei, quien se comunicó con el entonces Presidente del Instituto O´Higginiano, General Washington Carrasco, decidiéndose el traslado a la tierra natal de ambas: Chillán.
El Sr. Moraga se contactó con el Alcalde de la ciudad, por entonces, don Aldo Bernucci, quien aprobó gustoso la idea. Participaron también con entusiasmo el Ministro de Defensa, don Edmundo Pérez Yoma, el Concejal Julio San Martín y se liberaron fondos municipales y fiscales para la noble causa, construyéndose la sepultura en la Explanada Bernardo O´Higgins de Chillán Viejo, cerca de lo que fue la casa familiar.
En marzo de 1995 se produce el traslado. La ciudad las esperó entera engalanada con flores, se realizó una solemne misa en la catedral chillaneja y luego fueron llevadas a su actual lugar de reposo eterno, donde son visitadas por la ciudadanía y por las más altas autoridades del país cada 20 de agosto. Ambas volvieron a su tierra natal. No olvidemos que la partida de bautismo del niño Bernardo en Talca, para ocultar la identidad de la madre soltera, señaló el sacerdote que la criatura era hijo de una “Dama principal de Chillán“.
En cuanto al Cardenal Oviedo, que pidió el retiro de los cuerpos para hacer lugar a los otros Cardenales, por un azar del destino fue el primero en fallecer en 1998 a los 71 años. Luego vendría Monseñor Silva en 1999 y Monseñor Fresno en 2004 y el único laico autorizado para quedar sepultado con ellos fue don Diego Portales, que en su vida privada no fue precisamente un modelo de virtud y no tenía mucha simpatía por los curas tampoco.