Ensamble Bartok – Conferencia y concierto con obras de compositores emigrados a Chile

Quienes no somos músicos, pero sí melómanos, inevitablemente pasamos por un momento de insatisfacción cuando nos preguntamos por la creación musical chilena. (Pienso principalmente desde la posición de los jóvenes que comienzan a interesarse en la música y en aquellos que lo harán en los próximos años). Llegamos a pensar que nuestro país no alcanzó a contar con músicos universales; no tuvimos un Mozart o un Chopin chileno (y parece que, a estas alturas, tampoco tendremos uno). Escuchamos a  Soro, Allende, Orrego Salas, pero la cantidad de obras nos parece insuficiente. ¿En qué ocuparon su tiempo nuestros músicos durante el siglo XX? La pregunta queda en el aire mientras nos volvemos al barroco o al romanticismo, donde hay una cantidad de obras suficientes para pasarnos la vida deleitándonos. Así lo hacemos, deteniéndonos en la línea del tiempo cuando llegamos a Debussy o Stravinsky. Sabemos que con ellos la música cambió, que allí hay una frontera. No encontramos, sin embargo, quien nos de explicaciones, alguien que nos impulse a saber qué pasó después de esos dos inmensos autores. Preguntarse por Schoenberg se convierte, claro está, en un cuestionamiento de especialistas. Finalmente nos conformamos con una explicación bastante razonable: después de Debussy surgió la música contemporánea, una música “rara”, un tipo de música cuya tradición está en formación y que es rehuida incluso por algunos músicos de profesión. ¡Habrá que esperar a que sea una tradición asentada para escucharla!, pareciera ser la respuesta final. Y volvemos al barroco y al romanticismo.

En esto pensaba la tarde del viernes, momentos antes de que comenzara la “Conferencia y concierto con obras de compositores emigrados a Chile”, presentada por la Academia Chilena de Bellas Artes en el Salón de Honor del Instituto de Chile. A cargo de la incansable Valene Georges, el Ensamble Bartok interpretó una muestra del trabajo realizado por los creadores musicales del siglo XX. ¡En esta maravilla han estado trabajando nuestro músicos!, me digo con satisfacción.

Valene Georges

Durante más de una hora el Ensamble Bartok interpretó con maestría el siguiente programa:

Describir las emociones que esa música provoca es inútil e insuficiente: hay que escucharla en directo. Baste con decir que, al igual que la música “clásica”, esta tiene sus propios medios de persuasión, su propio lenguaje, directo, irresistible, libre, con otras formas de intensificación de la expresión musical, encaminado, apostemos, a una indiscutible universalidad. Requiere, eso sí, un espíritu de apertura hacia lo nuevo, hacia lo moderno, hacia lo que significará un cambio. En consecuencia, solo se puede recurrir a la que debiera ser una misión de todos: llevar esa música a los más jóvenes, incluirla en la llamada “formación de audiencias”, contribuir con determinación al florecimiento  de una tradición, para extenderla y llevarla a todo aquel que se interese en la música. Adquiere, entonces, mucho sentido la recomendación que hace algunos años nos hiciera del maestro Miguel Letelier: “Las orquestas juveniles debieran conocer la música contemporánea, porque esa será la música que escucharán en pocas décadas más”.

Algunos breves comentarios que surgieron durante la presentación:

Destacadísimo el trabajo del Ensamble Bartok, que por más de treinta y cinco años ha combinado composición, poesía e interpretación con excelencia, lo que lo convierte sin duda en la agrupación más importante de Latinoamérica en su género, si no en el mundo.

¿Qué sería de la música chilena si no hubiera personalidades como Valene Georges que, espada en mano, abren los caminos de la música con tenacidad, liderando una agrupación que es un punto de referencia para los músicos más jóvenes?

Fue sorprendente, por lo poco común, reconocer entre el público asistente a destacadísimos maestros, como Fernando García, Cecilia Cordero, Luis Merino y el violoncellista Eduardo Salgado, ex integrante del Ensamble Bartok.

Dejamos a continuación algunas imágenes de la cita, así como un breve video publicado por la Academia Chilena de Bellas Artes.

Rodolfo Silva
CCNH Paine
Paine, enero de 2019