El equipo de Rubén Stehberg, jefe del Área de Antropología del Museo de Historia Natural de Chile, dio por finalizada en el año 2016 una nueva etapa de excavaciones autorizadas en Santiago, y el grupo de expertos ha concluido que los hallazgos permiten confirmar, una vez más, que Pedro de Valdivia fundó la ciudad “no sobre un terreno eriazo como dicen los textos históricos”, sino sobre un antiguo asentamiento o ciudad Inca.
“Hemos terminado la cuarta excavación sistemática en torno a la Plaza de Armas. La cuarta y última. El objetivo era llegar a ese eventual sustrato incaico. Había una hipótesis que nosotros publicamos en diciembre de 2012 en un artículo que se llama Mapocho Incaico, y ahí postulamos la existencia de un centro ceremonial Inca”, explica el arqueólogo al referirse al centro de la ciudad ocupada por Pedro de Valdivia y fundada con fecha 12 de febrero de 1542. El arqueólogo y antropólogo sostuvo que esto “dejó de ser hipótesis recién la semana pasada”.
Para comprobarla, destacó que lo que se hizo fue contrastar esta postulación del 2012 en un proyecto de investigación junto al historiador Gonzalo Sotomayor −fallecido en 2016− y los demás integrantes del equipo. La idea era que, si en la Plaza de Armas de Santiago hubo un centro administrativo incaico antes de la llegada de Pedro de Valdivia, al excavar en sus alrededores debían encontrarse restos de la cultura inca.
“Si no encontrábamos nada incaico, entonces esa hipótesis no se sostenía y habría que desecharla. Hemos encontrado fragmentos de cerámica inca”, apunta Rubén Stehberg.
Por ejemplo, bajo la gran Catedral, al costado de la plaza, los restos incas se hallaron a dos metros de profundidad.
“En esos estratos profundos, entre los 2 y 2,70 metros −explica Rubén Stehberg a través del Museo Nacional de Historia Natural (MNHN) en su reciente informe− se halló un cimiento de muro formado por bloques rocosos de color rosado (provenientes de la cantera del cerro San Cristóbal), que descansaba sobre una base de piedras rodadas (guijarros), rasgo que se encuentra con frecuencia en algunas construcciones incas del Perú. Nuestra hipótesis es que correspondió a parte de un muro prehispánico, el cual siguió en uso durante los primeros años del arribo español”. Además, en dicho estrato no se encontraron restos de ocupación colonial.
Bajo el Museo Histórico Nacional, en cambio, se encontraron restos a una profundidad de entre 1,40 y 1,60 metros. En esta profundidad, el arqueólogo ha destacado que se descubrió un gran lecho del río Mapocho, con una capa plana de grandes bolones.
“Hace más o menos 600 años pasaba el río Mapocho por donde está la actual Plaza de Armas. No se podía habitar ahí y pasaba con mucha energía”, añade Stehberg.
Además ha comentado que se encontraron muchos restos de fauna, que ahora están en estudio, para determinar si se trata de fauna incorporada por los españoles o autóctona de Chile.
El Camino Inca
Otro dato importante que incide sobre la presencia inca se encuentra en los textos históricos. Por ejemplo, en 1905 el español Luis Thayer Ojeda reveló una información que permitió a su equipo crear un mapa de la ciudad a partir del año 1552: 12 años después de la llegada de Pedro de Valdivia. Thayer Ojeda señaló las primeras propiedades asignadas a los españoles e identificadas como “solares”, a partir del centro de Santiago, alrededor de la plaza. Una de las calles mencionadas en relación a algunas propiedades era “el Camino Inca”, que llegaba a la plaza desde el Norte. Donde está hoy la Catedral, los solares se asignaron a la iglesia.
Lo interesante, explica Stehberg, es que en un lado de la plaza no se repartieron solares a los españoles, lo que no es común en sus planos tradicionales.
«Esto es costumbre incaica. En general las plazas están abiertas en un lado para permitir el libre acceso de la gente a las principales ceremonias religiosas.»
Según su equipo, Pedro de Valdivia se adaptó a las otras construcciones que ya existían por entonces en la zona. Además, hay que recordar que, en torno a la plaza estaban, originalmente, los edificios públicos incaicos.
Ciudad desviada 5 grados
Otro dato curioso, que permite afirmar que la ciudad fue construida sobre un plano incaico, es que el plano de la ciudad está desviado cinco grados del norte.
“¿Ustedes creen que Pedro de Valdivia, que era un estratega militar, era un artillero, sabía geometría, andaba con un alarife, se puede haber equivocado en cinco grados? Es imposible. La ciudad de Santiago está desorientada. No está orientada al Norte en cinco grados. Eso indica que este plano no es español. Las ciudades españolas se tratan según el Norte geográfico”, afirma Stehberg, destacando además que “ya hay muchas evidencias de que los españoles se instalaron en un plano de ciudad que ya existía, y que lo único que hicieron fue ampliarlo”.
El Santiago incaico estaba rodeado de caminos y colinas, una red que le permitió fortalecerse, y su dominio se extendía con ciertos límites, señalan estudios anteriores del autor. La ocupación de los Incas se realizó sobre un territorio Mapuche.
Autor: Anastasia Gubin – La Gran Época
Este artículo fue publicado originalmente en La Gran Época y, en julio de 2016, por Ancient-Origins.es.